Tus lugares escondidos

Me enteré de tus lugares escondidos
y fui llegando a tus lunares que anochecían.

Después de caminarte a besos la piel,
vecino de un barrio desconocido me vi:
seguro de haberte vivido y andado,
corriéndote las calles con la risa desnuda.

Encontré el lunar más parecido a una esquina y me quedé en vos.

Voy a crecer desde esa esquina,
como un pequeño sol,
amaneciéndome
en tu cuerpo de barrio que despierta.



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